Hotel Islazul Pasacaballos
La entrada de la bahía cienfueguera se yergue majestuoso el Hotel Islazul Pasacaballos con todo el espacio y las comodidades que usted necesita para hacer agradable su estancia.
Cuenta con 188 habitaciones, con vista a una gran piscina natural, todas bien equipadas con aire acondicionado, baño privado, radio, TV satélite, entre otras amenidades. Dispone de varios restaurantes de cocina criolla, internacional, y especializado, que ofrecen gran variedad y calidad de platillos culinarios; también cafetería, bar y parrillada, una piscina, sala de juegos, salón de reuniones entre otros servicios adicionales. En las noches puede disfrutar de variada música en la discoteca, y amplio programa de actividades recreativas. Por la proximidad a la ciudad podrá visitar atractivos lugares como: el Teatro Ferry, el Bulevar, el Jardín Botánico y el cementerio Tomás Acea ó puede optar por excursiones atractivas a lugares como: la Sierra del Escambay, al Balneario de Ciego Montero, a los saltos de agua El Nicho, a la Cueva Martín Infierno, Guajimico, que es una pequeña ensenada con magníficos sitios para el buceo, y al Jardín Botánico de la ciudad de Cienfuegos, donde contemplara una flora autóctona y exótica.
La leyenda de Pasacaballos
Autor: Ismary Barcia Leiva
Justo en la salida de la bahía de Cienfuegos, sobre un promontorio, se eleva uno de los lugares preferidos por los Cienfuegueros.
Fue Pasacaballo uno de los primeros asentamientos de pescadores, descendientes de aquellos que en el siglo XVIII habían venido a edificar las Fortaleza de «Nuestra Señora de los Ängeles de Jagua», ubicada justo frente a este peñón….pero no es sólo por eso célebre ese sitio. Existió allí una hermosa mansión, la primera construcción civil sobre esos arrecifes, vistosa por sus elegantes jardines, y que luego de destruida por un incendio, diera paso, mucho más acá en pleno siglo XX, a un hotel insignia del centro sur de Cuba.
Es también conocido entre los «hombres de mar» porque da nombre al angosto canal de entrada a la bahía, cuyos cerrados veriles de arrecifes en los fondos justo frente a esa roca, dificultan el giro de las naves hacia puerto cienfueguero, el llamado «torno de Pasacaballo».
Claro que la historia comenzó mucho más atrás, al siglo XIX, donde me remonto para contarles el origen mismo del nombre Pasacaballos.
Corría esa centuria cuando un marino japonés entró en su goleta el canal, y fue tal la impresión que le causaran sus bellezas, que decidió dejar para siempre esa vida «de puerto en puerto» y asentarse definitivamente en Cienfuegos.
Cuentan que el asiático se empleó en las faenas del Muelle Real y que entre los «braceros» (así llamaban entonces a los estibadores), gustaba de jactarse y hacer apuestas sobre sus destrezas para la inmersión a gran profundidad y en prolongadas zambullidas.
Fue entonces que se empeñó en una de sus jugadas, y frente a esa orilla que tanto le impresionara a su llegada a Cienfuegos, se lanzó a los fondos probando suerte para traer a la superficie una moneda de oro.
Largo tiempo pasó sin que quienes le esperaban afuera vieran emerger al japonés…Narra la leyenda que era ya mucha la inquietud… cuando finalmente lo vieron surgir de las profundidades, mientras gritaba desesperado y lejos del alarde que le había dado popularidad, ¡Caballo, caballo, grande! …Y mientras respiraba profundamente recobrando el aliento, no cesaba de murmurar que en aquella hondonada había un enorme caballo.