Desde nuestros inicios…
Por el Dr. Gregorio Delgado García
Vista exterior. Enero 1896.
Comenzada la última de nuestras guerras independentistas contra España el 24 de febrero de 1895, las malas condiciones en que se encontraba el Hospital Militar de San Ambrosio de La Habana, principal unidad de atención hospitalaria de la sanidad militar hispana en la Isla, determinaron que el gobierno colonial, presionado además por el número elevado de bajas de las tropas en campaña sobre todo por enfermedades infectocontagiosas, construyera en La Habana, en terreno propiedad del estado conocido por Alturas del príncipe, un nuevo hospital, no como el viejo de San Ambrosio de justa celebridad en nuestra historia médica que poseía un único y grande edificio, sino de múltiples casetas o barracas, lo que facilitaba el aislamiento de los pacientes por enfermedades. Así, según el historiador médico Dr. José A Martínez Fortún, lo componían 81 barracas, de las que estaban dedicadas 50 a medicina general, 12 a enfermedades infecciosas, 2 a fiebre amarilla específicamente, 6 para convalescientes, 4 para oficiales enfermos y el resto a actividades de dirección, administrativas y de apoyo. Cada barraca con capacidad para 30 ingresados, le daba a la institución la posibilidad de 2 220 ingresados.
Previo a la clausura del antiguo Hospital Militar de San Ambrosio de La Habana, la nueva unidad fue inaugurada el 23 de enero de 1896 con el nombre de Hospital Militar Alfonso XIII, en honor del niño rey de España. Lo que significó este hospital para la sanidad militar española en la guerra se pone de manifiesto en que la metrópoli en su afán desesperado por retener la colonia envió a ella mas de 200 000 soldados, el ejército más numeroso enviado por una potencia colonial europea a América y de él casi la cuarta parte (44 828 soldados) estuvieron ingresados en el Hospital en 1897, principalmente por enfermedades infecciosas.
Concluída oficialmente la guerra el 24 de agosto de 1898 y frustrada nuestra independencia nacional por la intervención norteamericana, el ejército de ocupación tomó el Hospital y el gobernador militar dispuso la inversión de una elevada suma de dinero para la reparación general de la institución y su mejor equipamiento. Con el nombre de Hospital Militar Número Uno fue reinaugurado a principios de 1899.
En marzo de 1900 el Dr. Julio San Martín Carriere, eminente histólogo y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana inició gestiones para trasladar la dependencia del hospital al ayuntamiento habanero, lo que se logró el 19 de junio de 1900, denominándose entonces Hospital Municipal Número Uno. Poco tiempo estuvo el hospital como dependencia municipal, pues se alegó que los servicios que prestaba eran deficientes, debido al escaso presupuesto asignado a él, y por resolución militar en septiembre de 1900 pasó a ser dependencia estatal, cambiando su nombre a Hospital Número Uno.
Bajo esta denominación, que mantuvo hasta 1917, se lograron notables progresos: la fundación de la Escuela de Enfermeras en septiembre de 1900 (tercera del país), se redactó el reglamento de la unidad, los pabellones recibieron nombres de grandes figuras de la Medicina Cubana a partir de 1902, característica esta única en el país que se mantiene incluso en el presente; en enero de 1903 se fundó la primera revista publicada en Cuba como órgano oficial de un Hospital (Boletín Clínico Mensual del Hospital Número Uno), en ese mismo año se organizó la Academia de estudios de los Alumnos Internos la que celebraba 8 sesiones por mes y 2 conferencias semanales, en febrero de 1905 se creó el Laboratorio Central que tuvo en sus inicios carácter nacional y la creación en 1906 de una sala para leprosos por el Dr. Duque Perdomo. En 1908 una sala de enfermedades de la laringe oídos y fosas nasales comenzó a prestar servicios (segunda del país), se inauguró el Asilo de ancianos Petronila Gómez y en junio de 1910 se comenzó a impartir enseñanza de la carrera de parteras o comadronas. Ya desde los primeros años de este siglo los alumnos de Patología de Afecciones Intertropicales de la Facultad de Medicina y Farmacia recibían algunas prácticas; así como los de Clínica Médica, Patología General, Enfermedades Nerviosas y Mentales, y Trabajos de microscopía y Química Clínica; pero todo ello de manera no oficial. Esto sin embargo le dio al Hospital el carácter de docente, desde esta etapa tan temprana, lo que mantendrá como su característica más relevante en el resto de su historia.
El 30 de abril de 1914 se presentó un informe oficial a petición del Secretario de Sanidad y Beneficiencia Dr. Núñez de Villavicencio, en el que se redactaba el estado real de deterioro del hospital, que contaba en aquellos momentos con 4 casas y 59 pabellones de madera, unidos entre sí por corredores del mismo material. Entonces en 1914 el Dr. Núñez de Villavicencio acometió la tarea de sustituir los viejos pabellones por sólidas edificaciones de mampostería y personalmente concibió y planificó los trabajos de las nuevas construcciones, los que distribuyó por especialidades y propuso los nombres de las edificaciones así como los de sus salas. En junio de 1917 se le cambió el nombre a la institución por el de Hospital Nacional General Calixto García, en homenaje al Lugarteniente General el ejército libertador de Cuba Calixto García Iñiguez, héroe de nuestras tres guerras independentistas contra España.
En 1923, gracias a la revolución estudiantil universitaria dirigida por el líder del estudiantado cubano Julio A Mella, el Congreso de la República aprobó la reorganización de la enseñanza en la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana y el traslado para el Hospital de todas las cátedras que se explicaban en un viejo edificio de Zanja y Belascoaín y otras de nueva creación, menos las de Anatomía Descriptiva y Topográfica que se mantuvieron en el antiguo cuartel de la guardia civil española hasta la inauguración en 1940 del nuevo edificio de la Facultad “Dr Angel Aballí” en la porción norte del Hospital. Quedaba así de hecho el Hospital Nacional General Calixto García en el segundo hospital de la Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana, pero con muchas mas facilidades de impartir docencia que el Hospital Nuestra Señora de las Mercedes que venía realizándose en él desde 1886. En 1926, después de un fuerte ciclón que dañó muchos de los pabellones de mampostería y destruyó los de madera, se comenzaron los trabajos de reparación de los edificios dañados, la reconstrucción de los de madera; así como la construcción de calles, aceras, plazas, jardines y se embellecieron convenientemente las avenidas. A este bello aspecto que tomaba el hospital se agregaron nuevas y muy importantes construcciones de mampostería: Pabellon Santos Fernández como clínica y dispensario de Oftalmología, el Instituto del Cancer que radicó en el hospital hasta el año 1949 y las cátedras de Fisiología, Física y Química Biológica, entre otros.
En esos momentos el Hospital Nacional General Calixto García era sin dudas, la unidad más importante de la atención médica hospitalaria en el país, no sólo por el elevado número de sus camas, sus majestuosas edificaciones, la belleza de su conjunto arquitectónico (muy semejante al de los principales hospitales de Europa) sino también por la calidad científica de la atención médica en él prestada. Muchas de las cátedras de la Facultad de Medicina radicadas en sus pabellones dieron origen o consolidaron verdaderas Escuelas Cubanas en especialidades como Cirugía General, Medicina Interna, Dermatología, Parasitología, Obstetricia, Medicina Legal, Psiquiatría, Neurocirugía y otras. No va a ser hasta 1943 que por un nuevo decreto presidencial, el hospital pasa a ser regido completamente por la Universidad de La Habana, por conducto de la Facultad de Medicina. A partir de entonces recibe oficialmente el nombre de Hospital Universitario “General Calixto García”. En 1976 al crearse el Instituto Superior de Ciencias Médicas de La Habana, el hospital va a quedar como sede principal de la Facultad de Medicina Calixto García, heredera histórica de la antigua Facultad de Medicina de la Universidad de La Habana fundada en 1728 y como nuevo local para la facultad el pabellón 27 de noviembre dará paso a un múltiple edificio asiento del decanato, de numerosas aulas de clases y del Departamento de Licenciatura en Enfermería. Al dejar de existir en el Hospital el Departamento de Obstetricia y Ginecología, el pabellón Enrique Núñez, con grandes modificaciones, será sede del Depertamento de Ortopedia, del de Reumatología y un Servicio de Traumatología de Urgencias, con Cuerpo de Guardia y Unidad Quirúrgica.