Convocatoria
19 al 22 de octubre de 2020
Los beneficios de la inmunización contribuyen extraordinariamente a la disminución de las enfermedades transmisibles o prevenibles por vacunas y se consideran uno de los grandes logros de la salud pública en el mundo. A pesar de los importantes avances obtenidos en el control de las enfermedades infecciosas mediante la inmunización, la aplicación de vacunas no está libre de polémicas, ya que al disminuir la frecuencia de las enfermedades, adquieren mayor importancia los eventos adversos que pueden aparecer después de la aplicación de las vacunas, lo que trae como consecuencia las dudas sobre ellas entre el público. Se numeran varios factores asociados a la reemergencia de brotes de enfermedades inmunoprevenibles. Uno es la disminución de las coberturas vacunales como consecuencia de que las vacunaciones sistemáticas dejen de ser una prioridad de las políticas de salud. Otro es la falsa información sobre las vacunas es cada vez más importante en los países desarrollados, donde la circulación de noticias sobre los efectos adversos de las vacunas ha llevado a disminuir la cobertura de vacunas muy seguras, como la de la hepatitis B y la triple vírica. No se debe dejar de mencionar la inmigración y los movimientos de población. También las propias limitaciones de la vacunación pueden explicar la aparición de brotes. La falta de percepción de riesgo, el miedo a las reacciones adversas y las dudas sobre la efectividad de la vacuna figuran entre las principales razones para no vacunarse de los profesionales sanitarios y ponen de manifiesto la falta de adecuación de la información a las circunstancias concretas de cómo se presentó la enfermedad y a su seguridad.
Aunque el tema es muy complejo, requiere de una amplia actualización y reflexión por parte de los profesionales sanitarios que trabajan en el tema de las vacunaciones.