Margarita Pobea Reyes

 “Mi estancia en el centro por tantos años es una prueba del amor por lo que realizamos”, argumentó Margarita Pobea  Reyes

Por: Lic. Jorge Noel Marqués

Concluyo el ciclo de entrevistas por el aniversario 50 del Centro Nacional de Información de Ciencias Médicas, CNICM, con una persona a quien conozco desde hace décadas. Acumula una extensa historia laboral en la institución y por tanto resulta factible manejar cualquier tema con ella.
No son pocas las circunstancias que hemos compartido: desde los tiempos del Soto (hablo del edificio Soto, primera sede del CNICM) y luego en la Biblioteca Médica Nacional.
Margarita Pobea Reyes (prefiero decirle Márgara) es una gente de fácil comunicación, de diálogo franco, con quien tengo una empatía sustentada por el paso de los años y por objetivos donde hemos unido esfuerzo, interés y decisión en que se cumplan las tareas previamente concebidas.
En diferentes escenarios (CNICM, la BMN, y el complejo Morro/Cabañas, entre otros) ha sido la fuente de información que me ha suministrado los datos necesarios para luego hacer una nota de prensa y que un hecho determinado tenga la difusión y la perdurabilidad necesarias.
Las cinco décadas de existencia del CNICM es ahora nuestro propósito y como en ocasiones precedentes conté con su efectiva colaboración.

¿Háblame de tus años iniciales y posterior trayectoria en el CNICM? 

Hace 44 años que trabajo en el CNICM, comencé muy joven, a los 17 años. Aquí me hice técnico medio y más tarde realicé la Licenciatura en Información Científica Técnica y Bibliotecología y fui del primer grupo del  Diplomado. He sido desde dirigente sindical hasta dirigente administrativo en la Vice dirección de Servicios Bibliotecarios. Actualmente me desempeño como  especialista de la sala de lectura de la Biblioteca Médica Nacional, BMN, cuyas actividades no se remiten al préstamo del libro sino que brindo referencia a alumnos, especialistas, residentes y docentes que nos visitan.

Hay dos proyectos que marcaron pautas en tu desarrollo como bibliotecaria. ¿Qué comentarios puedes expresar a ese respecto?

Tengo recuerdos inolvidables de dos proyectos que sin dudas marcaron pautas y desafíos en mi desarrollo como bibliotecaria: me refiero a la confección de los boletines bibliográficos Bibliomed y Bibliomed Suplemento y el proyecto comunitario BiblioSida.

El boletín  Bibliomed surge como apoyo a los programas de salud del Minsap y el boletín Suplemento para las enfermedades  que mas incidían en la salud de la población; les precedieron los boletines temáticos que eran elaborados por el grupo de técnicos y licenciados referencistas (Aurea, Gipsy,  Ana Luisa Pinillo, Mercedes Martínez). En sus inicios, era un listado de referencias bibliográficas, pero después se le fueron añadiendo otros contenidos como el análisis bibliométrico.

El proyecto comunitario BiblioSida cuyo objetivo era informar a niños y jóvenes sobre las infecciones de trasmisión sexual y el VIH/Sida fue más abarcador y requirió del entusiasmo y esfuerzo de un grupo de trabajadores ( María del Carmen González, Sonia Santana,  Jorge Luis Pérez, Deyamira Castillo)

Este proyecto nos obligó a tener un contacto más directo con la comunidad así como con otras instituciones de salud como fue el Centro Nacional de Prevención de las ITS y VIH/Sida quien nos brindó su apoyo facilitando la participación de especialistas y promotores de salud y aportando libros, promociones y artículos científicos sobre promoción y prevención de estas enfermedades.

En la primera etapa este fue el principal objetivo luego decidimos formar a todas las bibliotecarias del sistema nacional de información en salud  en promotoras y finalmente convocamos el concurso de literatura y dibujos “Esperanza de Vida”.

¿Cómo calificas tu estancia en el centro por más de cuatro décadas?

Pienso que mi estancia por tantos años en este lugar donde jocosamente digo me crié, es una prueba del amor por lo que realizamos y el sentido de pertenencia que se adquiere después de tanto tiempo de permanencia.