Daisy del Valle Molina

A continuación, cito el nombre de algunas personas y le solicito que realice una breve valoración desde el punto de vista humano y profesional.

Joaquín Torres Collazo: Prosiguió la labor desarrollada por el primer director del centro, el Dr. Pedraza, mantuvo la estructura inicial y luego incorporó elementos que le otorgaron fuerza al Sistema Nacional de Información de Ciencias Médicas.

Tuvo la gran visión de la docencia, creó las condiciones para formar las primeras 13 técnicas de información que ulteriormente trabajarían en el centro; impulsó el proceso de las publicaciones en estrecha coordinación con especialistas que acudían al CNICM y apoyaban esos procesos. Además fue el creador de la Escuela de Técnicos en Bibliotecología que perduró durante 20 años. Para mi fue un maestro, era un hombre muy culto.

Isidro Fernández: Ocupó el cargo de director después de Torres Collazo; una persona muy especial, de frases elegantes, respetuoso. Un grado de sensibilidad muy grande ante cualquier situación. Visionó la necesidad de un área de desarrollo y durante el período que condujo el centro Cuba se incorporó al Medinfor en las cuatro áreas esenciales de la información de ciencias médicas dentro del Consejo de Ayuda Mutua Económica, CAME, estructura instaurada en los países socialistas. También le dio una gran importancia al desarrollo editorial ya que su padre tenía una imprenta y su sueño era que existiera una editorial de ciencias médicas.

Vicente Osorio: El Dr. Vicente Osorio Acosta comienza como director del centro en 1977 y trabajó por un decenio con nosotros. Una personalidad diferente pero con la misma modestia y sencillez de Isidro. Fue muy receptivo a todo lo que se hacía, a los antecedentes, y en su etapa hay un despliegue grande hacia lo internacional. Se establecen las relaciones con Bireme y con la Organización Panamericana de la Salud por mediación de las bases de datos LACRIP, REPIDISCA, LILACS y otros centros especializados.
Recibíamos a representantes de diferentes países, manteníamos lo de Medinfor, nos visitó la subdirectora de la Biblioteca Médica Nacional de Estados Unidos, y puede decirse que Osorio fue un directivo reconocido en el ámbito internacional.

Acudieron directores de institutos tanto de naciones socialistas como de las Américas. El resto del trabajo continuaba su curso, proseguía la creación de los centros provinciales, las reuniones a ese nivel.

Osorio no era muy expresivo a diferencia de Isidro, muy modesto, sentía una gran vocación y entrega a su profesión de urólogo, era uno de los especialistas más destacados del país y sintió esa misma pasión por la información científica.

Isabel del Rey: Primera subdirectora del centro, era una persona muy especial, carismática, elegante, con un gran sentido del humor; muy respetada por los especialistas que venían a colaborar en las publicaciones, manejaba muy bien ese mundo. Si tenía que discutir alguna cuestión lo hacía con fuerza pero igualmente con respeto y sin dudas logró resultados destacados en la parte editorial.

Carlos Font: Vestía adecuadamente, de modales muy educados, mesurado, muy buen compañero, se destacaba por los resultados de su trabajo pero con sencillez; un gran profesional, lo admiré mucho y sostuve buenas relaciones de trabajo con él por lo ya mencionado.

Héctor Sanabria: Llegué a apreciarlo mucho, trabajó en mi área, en medios audiovisuales; es muy alegre, jaranero, trataba a las personas de manera directa pero con respeto. Nadie se podía molestar con el trato de Héctor, es muy característico en él. Es un compañero combativo y valiente. Hay anécdotas de un enfrentamiento con un alto funcionario en un aeropuerto por situaciones irregulares; defendía sus puntos de vista fuertemente pero no sentía rencores, decía las cosas simplemente como las sentía.

Pompeya García: Primera directora de la Biblioteca Médica Nacional, doctora en Bibliotecología. Fue una persona muy especial, enseñaba con su ejemplo, con su presencia; les indicaba a las bibliotecarias cómo debían hacerse las cosas de forma mesurada, en voz baja. Muy respetada por los profesionales que visitaban la mencionada institución y muy querida por sus trabajadores. Una gran persona, digna de admirar y recordar por siempre.